la segunda parte del ralato

2 parte

Jonathan se estremeció, era extraño teniendo el cuenta el sol que asía seria que se iba a enfermar se limpio el sudor de la frente y siguió sembrando las rosas.
Se puso a divagar en las razones que lo habían conducido a esta situación, si su padre no se hubiera dedicado a darse una vida que no podía costearse les había podía haber dejado un legado mínimamente decente en vez de un montón de deudas.
a el le había tocado dejar la escuela ya casi terminando y empezar a buscar trabajo para poder sustentar la casa , a su madre y hermana .En Londres estuvo un mes y no pudo conseguir trabajo y no pudo seguir pagando su estadía .
El señor Jonson un amigo de la familia y antiguo jardinero lo recomendó para este trabajo, miro la fachada de la imponente mansión era sin duda hermosa, pero causaba miedo por los cuentos que le contaron de niño.
Ahora trabajaba aquí tenia 3 días y no había visto a los dueños estaría hasta que consiguiera un mejor empleo y tuviera reunido para casarse con Emma, a su mente vino su imagen sus suaves rizos color miel, sus calidos ojos castaño claro siempre brillando llenos de vida y amor y su sonrisa contagiosa.
Ella se había desilusionado cuando le Conde que tendríamos que retrasar la boda, pero dijo que me esperaría y que tuviera cuidado en esta casa.
Al parecer ella tanbien había oído las historia sobre la Condesa una mas inverosímil que la otra; desde que estaba desfigurada hasta que tenia una enfermedad altamente contagiosa y por eso la tenia aquí el Conde y también que estaba loca que había atacado a un familiar y para no pasar la vergüenza de un manicomio la encierran aquí.
Un montón de tonterías lo mas seguro es que la Condesa hubiera engañado al Conde y por eso la mando una temporada a este lugar sencillamente no le guste salir como su tía Gertrudis .
Sintió como lo miraban miro asía la terraza y dos mujeres venían asía donde el rápidamente se puso la camisa.
Uno vestía un vestido color azul oscuro un sombrero de alas anchas negro adornado con cintas de distintos tonos de azules y flores mínimas azul claro, la otra vestía un uniforme completamente negro y sostenía una sombrilla para su señora.
-buenas tardes dijo una voz clara y educada y algo musical.
-buenas tarde mi lady como esta?
-bien y Ud.Vine para conocer al nuevo encargado de mis jardines.
-bien mi lady y espero que mi trabajo le satisfaga.
-lo ara se lo aseguro –no sabia por que no le agradaban sus palabras.
-le gustaría acompañarme a tomar una limonada ase una tarde muy calurosa ¿no esta sediento?
-si me encantaría.
Vi como ella alargaba su brazo enguantado en unos guantes de cuero negro, no eran demasiado gruesos para esta temperatura la sirvienta se fue asía la casa, vio como ella movía con descuido la sombrilla era de encaje negro que si difuminada hasta convertirse en azul toda la ropa que ella usaba este día costaría al menos 4 meses de su sueldo sino era que mas .
La sirvienta volvió con dos mas que cargaban las cosas para acomodar la mesa ,vio como pusieron el mantel cubiertos, una jarra con limonada, un cuenco de fresas, pasteles y sándwiches
Ella camino asía la silla y se sentó con cuidado para no arrugar el vestido, la seguí inmediatamente había mas comida de la que los dos podrían comer aunque no hubieran desayunado ni almorzado.
La sirvienta tomo la sombrilla y la puso en una posición que ella no tuviera que sostenerla.

Eliet:
sentía como el seguía cada uno de mis movimientos el de cerca paresia ser un reto no era el ordinario jardinero que esperaba conseguir llevar a su cama y enamorar con suprema facilidad eso lo colocaba mas interesante hice mi ultima sonrisa maliciosa antes de empezar la farsa.
Nora se retiro a descansar debajo del árbol como le ordene.
-y como se llama?
-Jonathan-dijo incomodo me imagine que era por estar sentado descansando conmigo.
-yo me llama Eliet y sírvase lo que le apetezca.
Vi como agarraba cohibido esperaba que no fuera tan tímido para todo o tan respetuoso no habría diversión si se portaba de esa forma.
Me quite con toda calma los guantes y los puse aun lado y después fui por el sombrero que tapaba mi rostro estaba ya saboreando el momento en que lo viera emboce mi sonrisa mas simpática mientras el velo se retiraba de mi rostro.
Decir que no disfrute como puse el rostro seria mentir siempre me había encantado desde que tenia sentido de razón hombres y mujeres quedaban deslumbradas fueran humanos o no.
Jonathan
pues era la mujer mas hermosa que había visto que clase de marido la alejaría de su lado eso le provoco desconfianza asía ella, tenia la piel tan blanca como la nieve rasgos perfectos y asimétricos, ojos como dos carbones en los cuales te podías hundir y labios tan rojos como las fresas que comía vio como ella giraba el rostro para ver la puesta de sol sus ojos siguieron su perfecto cuello de cisne que terminaba en unos hombros suaves y delicados coronados con unos firmes pechos se pregunto como seria si pudiera ver mas su piel seria tan blanca como su rostro o tendría un ligero sonrojado.
Ella voltio y lo vio sonriendo no pudo mas que avergonzarse ella solo lo miraba con simpatía.
-verdad que es bonito el vestido dijo riendo.
-¿Qué?
-como se me queda mirando tan fijamente pensé que querría que le dijera quien lo hizo para regalarle uno parecido a su esposa –mirándome con sus ojos muy abiertos por la confusión.
-no tengo esposa.
-pero un hombre tan guapo y trabajador deben lanzársele muchachas a montones aunque sea una novia.
Me removí incomodo no quería decirle que si tenia pero no podía negar a Emma de esa forma.
-tenia deje con calma, pero ella tiene el campo libre para casarse con otro que no tenga que esperar.
-¿Por qué? Si no soy entrometida no tiene que contestarme si no desea.
-si no lo ha notado soy un simple jardinero sin nada que ofrecer que así mismo no es precisamente lo que una madre le aconseja a su hija para casarse.
-lo siento aunque mi madre le gusta recitar a sus hijas e hijos un viejo dicho escoses no te cases por dinero un préstamo te saldrá mucho mas económico y te traerá menos problemas.
Por primera vez había conseguido alguien que no lo juzgara y lo entendiera sabia que para la familia ya no era un buen prospecto y si se casaba conmigo perdería su apoyo sintió su tibia mano en la suya y en su mirada mil promesas de comprensión y consuelo.